lunes, 6 de septiembre de 2010

Hipólito y la unidad del PRD

Por JUAN TH 


La unidad se consigue con hechos concretos, no con palabras. El sector que dirige el PRD habla de unidad cuando considera que coyunturalmente le conviene, pero su práctica es divisionista. Voceros del presidente de esa organización, han desatado una feroz campaña en contra de Hipólito Mejía desde que las encuestas comenzaron a darlo como favorito ampliamente para ganar la convención donde se escogerá al candidato presidencial. En el programa El Gobierno de la Mañana, un señor que se cree dueño de la Zeta 101 y de la moralidad pública, mantiene desde hace meses una campaña sucia y rastrera contra Hipólito a quien acusa de ser el responsable de los males del PRD. Desde esa tribuna radial, donde el presidente del PRD tiene tres voceros, han embestido salvajemente al ex presidente sin que nadie lo detenga. 

Todos sabemos que los despiadados ataques, personales y políticos contra Hipólito, no son casuales ni fortuitos. Más bien estar dirigidos para intentar dañar la figura del ex presidente de la República con el objetivo de bajarlo en las encuestas, cosa que ya es imposible. 

Sin embargo, desde el litoral de Hipólito nadie está agrediendo ni maltratando al presidente del PRD. Las críticas han sido, como deben ser, políticas. No personales. En distintas reuniones con su equipo Hipólito ha sido enfático en señalar que la campaña por la nominación de la candidatura presidencial debe ser respetuosa y limpia, que no permitirá agresiones contra el presidente del PRD, a quien de paso, lo unen lazos familiares. 
Esas no son, al parecer, las instrucciones que da el presidente del PRD a sus voceros fuera y dentro de los medios de comunicación, unos gratuitos, otros bien pagados. 

La unidad debe estar basada en principios y en respeto. Un partido democrático es la unidad de voluntades, no imposiciones ni caprichos personales de caudillos ni de dictadores. Esos tiempos pasaron hace años. 

En una carta del 9 de septiembre del 2008 dirigida a la dirección del PRD que fue leída en una reunión de la Comisión Política Hipólito recomendaba sabiamente el camino que tenía que recorrer el partido para salir airoso de todos sus procesos internos. Sus recomendaciones fueron desoídas por el hoy presidente del PRD y su gente. De haberlo escuchado los resultados de las elecciones congresuales y municipales fueran otros. 

¿Qué decía Hipólito en esa carta? Invitaba a detener el paso. “Detenernos –decía- para establecer reglas claras, consensuadas e inamovibles que todos respetemos.” Y más adelante agregaba: “Comencemos por la unidad. La unidad se logrará sólo en la medida que nuestros dirigentes asuman que, sin ella, no existe un futuro posible. Y nadie puede restarse a esa afirmación. Es necesario que nuestras principales cabezas se unan sin condiciones de ninguna especie –y en la discreción que da su experiencia y su sabiduría- para decidir cuáles son los más capacitados para administrar nuestra unidad. Hoy, dentro del Partido, necesitamos líderes sabios, experimentados, generosos, capaces de lograr consensos, de unir. Por sobre todo, de unir.” 

Y se preguntaba Hipólito: “¿Unidad para qué? Para retomar el camino del poder, respondió. ¿Cómo hacerlo?, volvía a preguntarse. Renovando el discurso y la plataforma que el Partido ofrece al país. Pero renovar no significa renegar del pasado ni apartarse del significado histórico del Partido, sino adecuar nuestros principios y valores a los nuevos tiempos y la nueva realidad”, dijo. 

Así hablaba Hipólito en el 2008. Así continúa hablando. Y así seguirá hablando. Y tiene que ser de ese modo. Es por esa actitud conciliadora, madura, ecuánime, que las bases del partido ya lo han escogido candidato presidencial. En Santiago, por ejemplo, Hipólito tiene más del 70% entre los perredeítas. En la capital ha subido 20 puntos en apenas un mes. Es una locura lo que está ocurriendo con Hipólito en todo el territorio nacional. 

Los insultos y agresiones, muchas veces pagados, no conseguirán nada. Los extorsionadores y chantajistas de los medios de comunicación, convertidos en sicarios, no podrán provocarlo, ni sacarlo de su casilla. Hipólito ganará la convención sin gastar una fortuna, sin hacerle falsas promesas a nadie, sin pagarle deudas de campaña a nadie, ni atemorizar a nadie. No es su estilo, ni su cultura política. 

Hipólito va bien. Cada día recibe más apoyo, no sólo dentro, sino fuera del PRD. Y eso es lo que verdaderamente importa. Los perros que sigan ladrando, es sinónimo de que Hipólito avanza. ¿Verdad Sancho?

No hay comentarios:

Publicar un comentario